9.8.12

Pensamientos

Verano. Es de noche. La humedad junto con el frío de la noche quiere entrar por mi ventana. Se oyen perros de aullar. Tengo miedo. Una vez sola en casa, con el más mínimo ruido estás alerta.

No puedo dormir. Pasan los minutos y yo con lágrimas a punto de salir de mis ojos. La Luna es la única luz que me alumbra, pues le pido el deseo de volar, para poder verte por las rendijas de una ventana, mientras duermes.

Pasado un largo rato, al fin me dormí, pero aun con las lágrimas, pensando...

Una vez dormida, pude oler tu perfume, como si estuvieras allí conmigo, acariciándome el pelo levemente, para no despertarme.

Me desperté de repente pero, evidentemente, tú no estabas. Volví a dormir, ya algo más relajada, pero con tu olor impregnado en mis sábanas.

¡Ai...! Como me gustaría que estuvieras aquí...

A la mañana siguiente, me desperté, con un leve recuerdo de lo ocurrido aquella noche. Estaba inquieta, pero no sabía por qué; sí que lo sabía, pero no quería saber el por qué.

"Tanto amar a una persona no puede ser bueno; te hace delirar", pensé.

Tendré que olvidar también.



Esta entrada muestra lo que pienso. Sí, es ñoña a más no poder, pero son mis sentimientos, y es que cualquier frase que piense, me hacen recordarle. Espero que os guste.


Escrito por: Andrea Domínguez

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